Que bien me ha venido la propuesta de este mes de
Memoriès d´una cuinera porque es la excusa perfecta para hacer unos macarrones y gratinarlos con toneladas de queso... hace tiempo que me apetecen pero lo he ido dejando pasar porque en pleno verano lo de encender el horno no me seduce mucho, este sábado hice el dos por uno, horneé un pan y después los macarrones con el horno muy caliente como debe ser.
El pan quedó de pena, como diría Morguix: Pan = 1 - Salomé = 0. La pasta genial aunque no las tenía todas conmigo porque había hecho un experimento con el queso para fundir, en lugar de poner la típica mezcla a base de mozarella, emmental y gouda utilicé queso de barra, de ese que solemos comprar en lonchas para bocadillos... se me ocurrió probar, lo compre en un trozo y lo rallé bien grueso con el procesador, funde de maravilla y no tiene un sabor muy fuerte así que los macarrones saben a queso azul que era de lo que se trataba.
He utilizado penne rigate de maíz, ahora con lo de no tomar trigo estoy comprando pasta de maíz y me gustan unas más que otras... esta es mi favorita por ahora, incluso su color que no es tan amarillo como la mayoría así que no pareces un bicho raro comiendo macarrones de color naranja. Los he comprado en Carrefour en la sección de dietética, están con los alimentos sin gluten, curiosamente su precio no es tan desorbitado como el de otras pastas de maíz, he llegado a pagar casi cuatro euros por un paquete de medio kilo de macarrones de esos naranjas que parecían teñidos con azafrán, el gusto me decía que no estaban mal pero la vista decía 'que cosa más rara' y así no hay manera...