Cheesecake clásico americano individual

Me encantan las tartas de queso y sobre todo los Cheesecakes, el problema que resultan demasiado grandes y eso me impide hacerlos más a menudo, es verdad que da el mismo trabajo hacer uno pequeño o grande pero luego hay tarta en la nevera toda la semana y eso ya no es tan bueno... éste de hoy es el típico Cheesecake americano pero en versión mini, los hice usando aros de emplatar y funcionó, no se sale el relleno, hornean bien y desmoldan aún mejor. Aunque parece una tartita individual es más que suficiente para dos personas, las cantidades indicadas son para dos de estas tartas así una es el postre del domingo y aún queda otra en la nevera para hacer más dulce el terrible lunes!

Las claves para conseguir un Cheesecake y no una Tarta de queso son:

• Hornearlo al baño María, eso hará que la mezcla de queso se cuaje en un entorno muy húmedo y quede muy alta y tierna, sin el vapor quedaría como la típica tarta de queso, muy rica también pero más densa.
• Dejarlo enfriar con el horno apagado y refrigerarlo hasta el día siguiente, bajo ningún concepto debemos abrirlo el mismo día y no sólo por el sabor sino porque se desmoronaría.
• Utilizar la cantidad imprescindible de mantequilla para la base de galletas, cuanta más pongamos más dura resultará, hay que mezclarla bien con las galletas trituradas hasta que tenga una textura arenosa.
• Servirlo a temperatura ambiente para una textura y sabor óptimos, si se toma de la nevera resultará duro e insípido.

Ingredientes

para la base: 100 gr. de galletas integrales tipo Digestive + 30 gr. de mantequilla derretida + 1 cucharadita de azúcar

200 gr. de queso crema
120 gr. de azúcar
la ralladura de un limón
1 huevo batido con una pizca de sal
1 cucharadita = 5 gr. de Maicena
1/2 cucharada de extracto de vainilla
mermelada o confitura de frutos el bosque


Preparación

Usaremos una bandeja o la base de un molde metálico para horno como soporte, debe ser lo bastante grande para contener los dos aros de emplatar bien holgados. Pondremos un papel de hornear cubriendo la base y sobre el los aros que habremos forrado con papel de hornear engrasando muy bien las paredes con aceite, el papel debe sobresalir bastante por arriba porque la mezcla de queso sube muchísimo durante el horneado.

Triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida y el azúcar, pondremos la mitad en cada aro y cubriremos la base de manera que quede bien prensada, es importante que la mezcla de galleta toque los aros para que contenga bien la mezcla de queso. Refrigeramos.

Encender el horno a 175ºC y colocar la bandeja metálica en la posición más baja con agua hirviendo dentro, medio litro será suficiente. En la siguiente posición colocaremos la rejilla, aquí es donde irá el molde de la tarta.

Batir, con batidora eléctrica de varillas, el queso con el azúcar hasta que quede muy esponjoso, añadir entonces el huevo batido e incorporar, echar la vainilla y la Maicena tamizada y mezclar bien con una espátula de silicona, debe quedar como una crema montada.

Llenar los aros y hornear a 175ºC durante 15 minutos, bajar la temperatura a 160ºC y hornear 20 minutos más, apagar el horno y esperar otros 20 minutos para abrir un poquito la puerta, dejarlo así hasta que enfríen del todo. Mantener a temperatura ambiente hasta que estén totalmente fríos y refrigerar hasta el día siguiente. Por la mañana podemos desmoldarlos, colocarlos en los platos de servir y cubrirlos generosamente con la confitura. Hay que consumirlos a temperatura ambiente porque ganan en textura y sabor por lo que los sacaremos de la nevera al menos una hora antes.