Adobos, uno verde y otro rojo

Me gusta utilizar especias para sazonar las comidas, todo tipo de especias... por eso me encantan los adobos en general  y dos en particular: el Adobo rojo de pimentón y el Adobo verde de hierbas aromáticas, si quereis recordas las características y usos de las plantas aromáticas podeis verlo aquí.

El verde es multiuso, lo mismo sirve para asar cordero que salmón... varía según las plantas que utilicemos pero siempre da un sabor y un aroma increíble a la preparación. La base son plantas aromáticas trituradas en el mortero o la picadora: tomillo, romero, salvia, menta perejil, perifollo, albahaca... las que quieras o te gusten más para el plato que vayas a hacer. Mezclamos en un cuenco las plantas trituradas, uno o dos dientes de ajo machacados y aceite de oliva removiendo hasta integrarlo todo y conseguir una pasta.

Me gusta hacer más cantidad de la necesaria y lo que no utilizo en ese momento lo congelo en cubiteras, al día siguiente los paso a una bolsa zip etiquetada para saber de que hierbas se trata y los uso en los platos que requieren sólo una pequeña cantidad para darles sabor como los guisos de carne o pescado, salsas, verduras, cremas... incluso en platos de pasta. Pueden formar parte del sofrito o echarse ya en el guiso. Como la base del cubito es aceite descongela rápidamente por lo que podemos añadir aún congelado.

Carne al horno con Adobo verde

Necesitamos una pieza de cordero, ternera o cerdo, le echamos sal y pimienta, la untamos con el adobo verde, en este caso de tomillo, romero, menta y salvia, y le colocamos encima unos dientes de ajo chafados y sin pelar y un ramillete de aromáticas.

Tapamos la fuente con papel de aluminio y lo horneamos durante una hora a 200º. Pasado este tiempo sacamos la fuente del horno, le quitamos el papel y retiramos el ramillete, la carne estará cocida y habrá bastante líquido que ha soltado y no se ha evaporado. Esto nos garantiza que va a quedar perfectamente cocinada por dentro y muy jugosa. Le añadimos una copa de brandy y lo metemos al horno una hora más, pasada media hora le daremos la vuelta. Se va a dorar y tendrá una pinta increíble.

Lo sacamos del horno y ponemos la pieza de carne en un plato cubierta con papel de aluminio para que repose y no se enfríe. Colamos la salsa en una sartén, si es necesario añadimos un poco de agua hirviendo a la fuente para despegar los jugos que se hayan quedado pegados. Rectificamos de sal y le añadimos un poco de Maicena Express para que espese ligeramente.

Salmón al horno con Adobo verde

Esta fuente de pescado está hecha según una receta de Jamie Oliver, tan complicado como colocar unas alcachofas o espárragos verdes, unas patatitas asadas en el microondas y chafadas, unos gambones o langostinos y unos filetes de salmón en una fuente de horno, salpimentar y añadir tres o cuatro cucharadas de Adobo verde y un poco de aceite de oliva, remover con las manos (¡como no meter las manos viniendo de Jamie Oliver!) y colocar las patatas abajo y el salmón con la piel hacia arriba encima de todo, partir un limón en cuartos y poner uno en cada esquina. Meter en el horno precalentado muy fuerte hasta que esté cocinado, unos 15-20 minutos. Cuando esté casi listo colocamos unas lonchas finísimas de jamón por encima, quedará crujiente... la combinación puede parecer chocante pero está buenísima. En este caso el adobo verde está hecho con albahaca, orégano y perifollo.

Adobo rojo

Este es el típico de la carne adobada, quizá un poco modificado a mi gusto. Es excelente para el cerdo, yo lo uso tanto para las chuletas como para las costillas y el lomo, en realidad es todo la misma parte del animal. Conviene aplicar una buena cantidad sobre la carne, untando bien todo, después lo tendremos un día en la nevera bien envuelto en papel de aluminio y ya se podrá consumir o congelar.

Para hacerlo sólo hay que mezclar en el mortero un diente de ajo muy machacado (usar ajo desecado si no quieres el sabor fuerte del ajo fresco), sal y pimienta, tomillo, romero y un poco de orégano triturados, una buena cantidad de pimentón y una cucharada de salsa de soja. Mezclar todo e ir incorporando aceite de oliva hasta tener una pasta. Este adobo se hace cada vez ya que no se conserva bien por lo que es mejor adobar bastante carne y congelarla.