Flan de coco

El flan de coco es el primer dulce que hice en mi vida y durante años fue mi postre estrella, el que hacía cuando alguien venía a casa y el que llevaba cuando me invitaban a comer... el flan es sencillo de preparar, fácilmente transportable y le gusta a todo el mundo, además se puede hacer el día antes porque lo que todo son ventajas. Los primeros los hacía en una flanerita de aluminio con tapa, de esas que se meten al baño maría en la olla a presión, mi olla era tan sofisticada como la propia flanerita, con aquel pitorro dando vueltas y silbando como si fuese a explotar!

Después de unos cuantos le cogí el punto... ni muy pasado y agujereado ni demasiado tierno porque se rompe. Entonces y ante la creciente demanda empecé a hacerlos en los moldes Pirex para cake, no sólo porque son el doble de grandes sino porque se sirve mejor al ser alargado.

Conseguido el punto al baño maría en el horno llegó el siguiente paso... Salo, tu traes el flan de coco... pero sin coco que a Fulano no le gusta... cachis, como puede ser que a alguien no le guste el flan de coco con ese gustito tan dulce que tiene y esa base con las virutas de coco que es un final estupendo! Ahí empecé a hacer dos flanes con dos Pirex, uno de coco y otro sin él, los horneaba a la vez y tutti contenti! Han pasado muchos años y sigo haciéndolo pero he vuelto a la flanerita, ahora es de acero y la olla es una GM pero sabe exactamente igual que siempre...

Ingredientes

50 gr. de azúcar + 1 cucharada de agua

4 huevos L

1 pizca de sal

500 gr. de leche entera

25 gr. de coco rallado 

150 gr. de azúcar

Preparación

En una jarrita Pirex ponemos 50 gr. de azúcar y encima una cucharada de agua, debe mojar todo el azúcar, lo metemos en el micro a máxima potencia, tardará 2-3 minutos, a partir de segundo minuto no lo podemos perder de vista, en el momento en que adquiera un color dorado ponemos el dedo en el botón de stop del micro, en pocos segundos estará listo, en cuanto veamos que adquiere el color caramelo típico lo paramos, dos o tres segundos más de la cuenta lo convierten en caramelo requemado con su olor y sabor característico, si pasa eso es mejor hacer otro. Echamos el caramelo en el fondo de la flanerita, podemos moverlo un poco para que se pegue a las paredes, el resultado es el mismo pero enfría mucho antes cuanto más fino quede. Dejamos enfriar la jarrita y la llenamos de agua, el caramelo se disuelve y no queda ni rastro.

Mientras enfría el caramelo ponemos un poco de agua en la olla, debe cubrir el fondo y poco más porque pretendemos un baño de vapor y no de inmersión!. Es importante que la flanera no quede dentro del agua, eso hace que la parte superior del flan se cocine entre agua borboteando y por eso algunos presentan el caramelo revuelto con el flan y muchos agujeros en la parte superior. Encendemos la olla para que el agua se caliente y ponemos algo en el fondo que nos permita colocar encima la flanera, yo uso el cestillo de cocer al vapor de la olla GM que lleva una base que lo separa del fondo unos tres centímetros, podemos usar cualquier cosa como unos aros de emplatar de acero, unos cortapastas...

Batimos con una varilla los huevos con la sal, el azúcar y el coco, cuando esté todo integrado añadimos la leche a temperatura ambiente y mezclamos. No es aconsejable batir a máquina, la mezcla se airea y se forma espuma en la superficie lo que afectará a la textura del flan que debe ser fina y uniforme.

Cuando el caramelo esté frío echamos la mezcla en la flanera, la tapamos y la ponemos dentro de la olla, yo utilizo el programa de 'Arroz', son ocho minutos a media presión y hay que aumentarlo a 15 minutos, en una olla de las que suben los aros se contarán cuando a parece el primero y no debemos dejar que suba el segundo. Pasado el tiempo nos olvidamos de ella hasta que pierda la presión sin forzarla. Entonces sacamos la flanera y la dejamos enfriar a temperatura ambiente. Si vamos a consumirlo en casa es mejor desmoldarlo ahora y después refrigerarlo, si la guardamos en la nevera dentro de la flanera el caramelo frío se adherirá de tal forma al acero que tardará horas a temperatura ambiente para volver a estar líquido.