Revuelto de espinacas con gambas

Y luego dicen que comer verduras es aburrido.... que las espinacas son muy sanas pero no hay quien las trague! Este plato es un homenaje a esta verdura que me encantan y que no sólo sirve para camuflarse en una bechamel o como ingrediente de una lasaña, por sí mismas son deliciosas y acompañadas de las proteínas de las gambas y los huevos constituyen una cena completa, saciante, sana y deliciosa.

Si utilizamos espinacas frescas de las que se compran embolsadas, limpias y envasadas en una atmósfera protectora ni siquiera tenemos que lavarlas, si las espinacas son de huerta hay que lavarlas y secarlas con papel de cocina hasta eliminar todas las gotas de agua que arruinarían el salteado.

La mayor parte de la espinaca es agua y apenas tiene hidratos de carbono ni grasas por lo que no suelen estar contraindicadas en ninguna dieta. Aportan mucha fibra, como la mayoría de las verduras, y destacan por su alto contenido de provitamina A, vitaminas C, E y las del grupo B. En cuanto a su contenido en minerales, son ricas en calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, fósforo y yodo.

Ingredientes para dos personas

Una bolsa de espinacas grande

12 gambones

2 huevos

2 dientes de ajo fileteados

4 cucharadas de aceite de oliva

sal y pimienta

Preparación

Lo más importante es tener todos los ingredientes preparados y trabajar deprisa a fuego fuerte, hay que procurar que las gambas y las espinacas no se hagan demasiado pero los huevos deben quedar bien cocinados.

Pelar las gambas y sazonarlas con sal y pimienta. Abrir la bolsa  espinacas y pasarlas a un bol cortando los tallos demasiado largos y despreciando las hojas feas.

Calentar 3 cucharadas de aceite en una sartén muy honda y freir los ajos hasta que empiecen a dorarse, añadir las gambas y rehogar hasta que se pongan redondas pero evitando que se hagan del todo. 

Poner encima la mitad de las espinacas y, con ayuda de una pinza grande, mover de abajo a arriba el contenido de la sartén, en cuanto las espinacas hayan mermado un poco echar encima el resto y seguir moviéndolas para que se hagan todas.

Hacer un hueco en el centro y echar una cucharada de aceite y sobre ella los huevos batidos con sal y pimienta, dejar que empiecen a cuajarse y removerlos por el fondo de la sartén con una cuchara de madera, servir inmediatamente.