Pan de espelta con nueces y orejones en panificadora

Este pan es uno de los que hago esos días en que tengo que cocinar para reponer el congelador y comer caliente por la semana, generalmente es una mañana de sábado o domingo. Ese día el menú es pasta porque la hago a última hora pero el resto de la mañana nos la pasamos currando en la cocina mis maquinitas y yo... seguramente la My Cook esté preparando una sopa de pescado, la Crock Pot se tire toda la mañana haciendo un caldito o una fabada en plan chup-chup y yo esté liada preparando una carne guisada en la olla GM con una mano y con la otra una bechamel en el microondas para hacer croquetas.

El pan que haga ese día tiene que ser autosuficiente, nada de masas madres ni plegados ni largos reposos así que este es ideal porque se amasa y hornea en la panificadora. Al tratarse de un pan 100% de espelta no me gusta poner los ingredientes y arrancar un programa sin más, me parece que los levados son demasiado largos y que la máquina calienta mucho la masa por lo que tiende a sobrelevarse, prefiero llevar el control de los tiempos, además estoy en la cocina así que no me cuesta mucho echarle un ojo.

Generalmente lo hago sólo con las nueces pero el sábado tenía unos cuantos orejones de melocotón y se los añadí, el resultado es un pan muy esponjoso que no resulta dulce pero si goloso. Es perfecto para las tostadas del desayuno pero también para tomar con queso o fiambre, yo hasta me lo como sólo! En breve lo haré en plan hogaza, con su masa madre y sus plegados porque creo que merecerá la pena.

Ingredientes

230 gr. de agua 

4 gr. de levadura seca ó 12 gr. de levadura fresca

2 cucharadas de aceite de oliva suave (25 gr.)

2 cucharadas de leche en polvo desnatada (20 gr.)

3 cucharadas de miel o Sirope de Ágave

400 gr. de harina de espelta blanca

2 cucharadas de gluten de trigo (20 gr.)

1 cucharadita de sal fina (7 gr.)

75 gr. de nueces troceadas

75 gr. de orejones de melocotón troceados

He utilizado harina de espelta completa de cultivo biológico y la he pasado por un colador fino para quitar la mayor parte del salvado, de esta manera nos quedamos con todo el gérmen y algo de salvado.

Es muy importante añadir gluten en este tipo de panes para que aguanten el amasado y no colapsen durante el levado, sin él se consigue un pan mucho más denso y seco.

También es conveniente utilizar leche desnatada en polvo aunque se puede poner leche líquida en lugar del agua.

Si queremos que un pan horneado en la panificadora presente la parte superior bien tostada no debemos poner demasiada cantidad de masa, cuanto más alto sea el pan menos espacio quedará entre él y la tapa lo que impedirá que aire caliente circule y la superficie quedará paliducha.

Preparación

Poner el agua, la levadura, la leche en polvo, el harina y el gluten en la cubeta de la panificadora. Arrancar un programa cualquiera y dejar que amase hasta conseguir que todos los ingredientes se integren, parar la máquina, bajar la tapa y dejar reposar unos 15 minutos. Este paso es importante porque la espelta tarda más tiempo que el trigo en hidratarse.

Añadir la sal y amasar durante el tiempo necesario para que se forme una masa suave y elástica, yo lo hago con el programa que sólo amasa y dura 6 minutos, casi al final será el momento de añadir una cucharada de harina si hace falta. Una vez terminado arrancarlo de nuevo y  echar el aceite por las paredes de la cubeta para que se integre poco a poco durante este amasado, entonces es el momento de añadir las nueces y los orejones troceados. Al terminar el amasado deberíamos tener una masa algo húmeda pero bien elástica, cerrar la tapa y dejar que leve durante una hora.

Sacar la masa a una superficie ligeramente enharinada, estirar y aplastar un poco con las manos para formar un rectángulo, enrollar de manera que quede a la medida de la cubeta. Retirar la paleta y limpiar la cubeta de restos de masa con un papel de cocina aceitado, colocar el pan dentro y poner en la panificadora donde levará hasta que doble su tamaño. No conviene dejarlo demasiado tiempo, con una hora suele ser suficiente. 

Hacer un corte longitudinal con la punta de un cuchillo ayudará a que suba más durante el horneado,  tapar y hornear durante 45-50 minutos hasta que esté bien dorado. Sacar y enfriar sobre una rejilla.